LA ACTITUD EN LA AUTOESTIMA

LA ACTITUD EN LA AUTOESTIMA

¿Te ha pasado alguna vez que aunque lleves tiempo repitiéndote el mantra de 
“tu vales mucho” una palabra ofensiva o una desafortunada mirada 
te desmonta por completo y te sientes fatal durante días?
 
Bien, si esto te ocurre es porque las bases de tu autoestima no están bien asentadas y te cuesta mantener una actitud alegre y feliz en tu día a día. 
 
Normalmente intentamos ir a por lo más rápido y vistoso, la fachada de la casa, el subidón momentáneo de sentir que puedes comerte el mundo mientras te miras al espejo antes de salir de casa (bueno, eso era antes del confinamiento del covid19). Aquí la autoestima está falseada, puede ser que nos lo creamos por unos instantes o puede ser que nos sentimos en la obligación de disimular que estamos bien aunque no lo sintamos realmente. En cualquier caso, tenemos miedo de mirar quienes somos realmente y antes de comenzar ya nos estamos juzgando. Hago que miro lo que no veo y me creo mi mentira mientras tapo disimuladamente mis defectos e imperfecciones para que no se noten. Y así intentas relacionarte contigo y con el mundo, con un falso personaje que te hace la fachada de algo que pretendes que sea real. Como si los demás fueran perfectos y maravillosos y tu el que siempre le falta algo. Pero es que todos tenemos de todo! Cosas buenas y cosas menos buenas. Pero como no nos gustan las emociones negativas, el estado de tristeza y rechazo hacia nosotros mismos comenzamos a correr y huir del sufrimiento y de aquello que imaginamos que seguro es como el mismísimo demonio…. Yo o tú, como prefieras.
 
Todo eso que eres tú…o yo, está ahí y cuanto más intentes taparlo e ignorarlo, con más fuerza surgirá el día que menos lo esperes. Hay que trabajar con plena conciencia si quieres ser feliz y con una correcta autoestima.
 
La autoestima etimológicamente nos lleva en su prefijo griego al “sí mismo”, es decir, antes que nada (prefijo) voy a mirarme a mí mismo…. ¿Y qué veo? ¿alguien se para en este punto? Porque aquí está el verdadero trabajo interior y el que más asusta. ¿Y si lo que veo es horrible y repugnante? Esta pregunta es lo normal que puede cuestionarse alguien con la autoestima baja. Seamos conscientes que construir y hacer los cimientos es lo más costoso. Necesito ver sin emoción qué soy y quién soy. Sin emoción quiere decir sin juicio, como si se tratara de un ordenador que selecciona datos, así de sencillo (parece). Así vamos creando el autoconcepto aceptando que todo está bien. Soy quien soy y aquí habrán cosas que no podré cambiar, otras que podré mejorar y todo está bien, repito.
 
Una vez analizado el prefijo “αυτος” o “autos”, me voy a la estima que trasladándome a los latinos me dicen que significa valorar o apreciar. Agarrémonos que ahora entramos en el mundo de las emociones, como decía William James, filósofo norteamericano en 1890, “el hombre es una gota de razón en un océano de sentimientos”.
 
Todas las personas desean tener buena autoestima para relacionarse con soltura en su entorno. La definición más influyente viene de la mano de Nathaniel Branden que en 1999 afirmó que la autoestima se trata de “la experiencia de ser aptos para la vida y para las necesidades”. Para mi esta definición es demasiado utilitarista. ¿Aptos? ¿busco mi valor para ser apto para la vida? Puede ser una condición necesaria pero no suficiente. Mi valor lo voy a encontrar en mis virtudes que además es lo que me diferencia de los demás. Cuánto hay en mi de: responsabilidad, gratitud, respeto, compromiso, compasión, honestidad, valentía, creatividad, cooperación, generosidad, cuidado, alegría, etc.
 
Branden completó su definición sobre la autoestima como la confianza en tu capacidad de pensar y de enfrentar los retos que la vida presenta y la confianza en el derecho a la felicidad.
Cierto que con una autoestima correcta la alegría se expresa de forma más espontánea y no tienes necesidad de compararte con los demás. Tú sabes quien eres, qué eres y sobre todo, qué quieres. Incluso si una buena autoestima se compara con el otro será desde lo que tiene y no desde lo que le falta como haría una baja autoestima.
 
Ejemplo de una persona con baja autoestima:
 
 
A 
 
 
Cuando se compara con…
B

La autoimagen de A está totalmente distorsionada por su baja autoestima y acaba idealizando a los otros B.
 
 
Ejemplo de una persona con una correcta autoestima:
 
C
 
La autoimagen de C no está distorsionada y se acerca más a la realidad de como es realmente.
 
 

La confianza en tus capacidades y la confianza en general se construye poco a poco. Es muy importante disponer en la infancia de unos padres que confíen en sus hijos, ofreciéndole retos adecuados a su edad para generar esa confianza en ellos mismos. Si tus padres han sido sobreprotectores y no han sido capaces o no han sabido crear los elementos necesarios para elevar tu confianza y/o autoestima no es momento de culparlos o lamentarte. Tienes que saber que tu puedes cambiar ese estado.

 
¿Y cómo puedo mejorar mi autoestima?
 
Eligiendo la actitud correcta. Aún cuando piensas que no tienes elección, ya estás decidiendo. Así que lo que de verdad te hace libre es decidir en cada momento como afrontar las diferentes situaciones en la vida. 
 
Si has observado, generado, revisado y recreado tu autoconcepto ahora puedes sostener la mejor actitud para ti porque es ahora también que, al observar, has conocido los diferentes diálogos que existen en tu cabeza.
 
En el siguiente vídeo te voy a explicar un ejercicio para que comiences a fortalecer tu autoestima con la correcta actitud. Practica, disciplina tu mente en la actitud correcta. No importa cuantas veces te digas cosas negativas si lo corriges con otras tantas de positivas. Como digo en el vídeo, quedarse inmóvil es aceptar el fracaso (la víctima) y si te abandonas en el fracaso éste se quedará a vivir contigo.
 

 

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